domingo, 21 de agosto de 2011

La policia pega a una adolescente y a un periodista - Europa: O mundo civilizatório... perdeu o rumo?


Policía apalea a un fotoperiodista testigo de la agresión por sorpresa a una joven

Varios policías dan un puñetazo a una muchacha en la cara y un porrazo en la nuca a un fotógrafo testigo
Los hechos tuvieron lugar en los alrededores de la Puerta de Sol, ayer jueves, tras la concentración de protesta por las cargas policiales que se produjeron durante la Manifestación laica el día anterior.



19.08.2011 · periodismohumano · Carlos González Ximénez y Daniel Nuevo

Los hechos tuvieron lugar a las 23:00 horas aproximadamente entre la calle Jacinto Benavente y Tirso de Molina.

Relato del fotoperiodista apaleado que aparece en el video, Daniel Nuevo (@duendecolorao).

Vuelvo en el metro camino a casa. Hace diez minutos estaba en la calle Atocha tirado en el suelo recibiendo porrazos, puñetazos y patadas por parte de nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. ¿Por insultar? ¿Por provocar? ¿Por arrojar objetos? Pues no. Solo por fotografiar una agresión policial a una chica que cometió el delito de pasar por allí y no llevar mochila del JMJ.


Tras la carga policial en la Calle Carretas, hubo una aparente calma. Vi a un grupo de 15 integrantes de las FCSE dirigirse por la calle Atocha en dirección a la parada de metro de Antón Martín. Un grupo de personas entre las que había peregrinos e integrantes de la concentración laica de Sol bajaba por la acera contraria. Decidí seguir la “expedición”. De entre el grupo se oyeron algunos insultos dirigidos a los policías. De repente, la policía cortó la calle. Interrumpieron el tráfico y crearon una barrera que impedía el paso. Iba a la altura de ellos y tras identificarme como fotógrafo me ordenaron situarme detrás de ellos.





Comenzaron a filtrar a la gente que podía pasar en función de la mochila que llevaban. La primera chica que no llevaba mochila de la JMJ fue inmediatamente identificada como la que les había insultado. Había más gente, pero él (en todo momento fue la persona que estaba al mando quién llevó la voz y mano cantante en las palizas) necesitaba su dosis de ostias. Primero fue un tortazo, después un porrazo tras otro. En ese momento comencé a hacer fotos, 2 exactamente. El flash me delató, y dirigió todas sus energías hacia mí. “La cámara, dame la puta cámara” fue lo que escuché inmediatamente antes del primer porrazo.




No entendía nada. Solo estaba haciendo fotos y más cuando previamente me había identificado como fotógrafo y me habían indicado el lugar en el que podía estar, que en ningún momento abandoné. Solo acertaba a preguntar “¿Por qué?” y proteger la cámara. En ese momento recibí varias patadas y puñetazos, culminados por otra ronda de porrazos. “La cámara, que me des la puta cámara te he dicho”.

Ví que tenía mucho que perder. Estaba solo y sin testigos (o eso creía yo), usando mi propio equipo. No creía que las fotos que había hecho compensaran poner en riesgo la cámara y los objetivos. En ese momento comencé a decirle que le daba la cámara pero que pararan. Parece que estas palabras calmaron su ira hacia mí y volvió a dirigirse a la chica. Un compañero suyo comenzó a gritarme que me fuera, me levanté e intenté salir corriendo. Iba con la cabeza agachada y topé con otro policía. Me ordenó quedarme en el suelo y le dije lo que me acababa de decir su colega.

Pero vino lo peor. Un porrazo en la nuca que me paralizó por completo durante unos segundos. De pronto dejé de sentir que tenía un cuerpo y me desplomé. Caí al suelo de una pieza. Ahí supe qué es el miedo. No sentía mi cuerpo, daba órdenes a mis brazos para sujetar la cámara pero eran inútiles. Desde el suelo seguía viendo como me miraba un policía. Se me nubló la vista y perdí la conciencia durante un par de segundos. Cuando la recobré, el jefe había ordenado retirada. El policía que me miraba se estaba yendo cuando vió un objeto en el suelo “¿De quién es esta funda?”. “Mía” conseguí decir, a lo que el respondió tirándomela a la cara. Supongo que después de como me habían tratado, agacharse y dejarla al lado de quién habían estado apaleando era demasiado…

Y ahí me dejaron. Tirado en el suelo después de la paliza por hacer dos fotografías. Rápidamente se acercaron dos hombres. Me ayudaron a incorporarme y me preguntaban como estaba. Yo solo pensaba en salir de allí, era lo primero. No me sentía seguro en la calle, en nuestra calle. Temía que volvieran y sabía que esta vez sería peor. Comenzaron a calmarme asegurándome que ya se habían ido, pero en mi estado era incapaz de creerles. Pero lo consiguieron. Nos refugiamos en una calleja, donde poco a poco comenzamos a hablar tranquilamente. Uno de ellos me dijo que había estado grabando todo el tiempo. Afortunadamente no lo vieron, sufre problemas de espalda y si lo hubieran visto habría recibido lo mismo que yo pero las consecuencias habrían sido mucho más graves.

Gracias a ellos volví a pensar friamente. Me acordé de la chica a la que habían abofeteado y en el chico que intentaba protegerla. Recordé toda la escena y cómo había sucedido. No era capaz de comprender lo que había pasado, creía que en un estado “moderno” como el nuestro no pasaban estas cosas. Que no se apaleaba a la prensa por hacer fotografías. Que no se dejaba a su suerte a una persona en la calle tras haberle propinado un porrazo en la nuca que hizo que se desplomara. Creía…Ingenuo.

Ahora te hablo a tí, señor policía con agentes a su cargo y con la mano ligerita. Has intentado callarme, evitar que hiciera el trabajo que amo, el que me permite denunciar abusos como los tuyos. Has intentado coartar mi libertad de expresión. Has intentado que borrara las fotografías que probaban tu brutalidad. Has intentado quitarme mi herramienta de trabajo a base de porrazos. A pesar de todas estas ilegalidades manifiestas, ¿sabes qué, amigo de las FCSE?. No te guardo rencor más allá del dolor físico. Solo lo has intentado, no lo has conseguido ni lo conseguirás. Al revés, me has dado alas. Alas para confirmar que es esto lo que he querido hacer durante toda mi vida. Alas que me permitirán seguir denunciando injusticias como las que perpretas bajo tu placa…ah, no que no tenías. Ha sido la primera paliza que recibo por informar y me temo que no será la última. Creeme cuando te digo que la olvidaré. Me has bautizado, y en esta confesión no apostata ni Dios.

PD: Infinitas gracias a Carlos y al otro hombre (lo siento pero no recuerdo tu nombre…) por ayudarme, por cuidar de mí cuando lo necesitaba. Gracias.

Periodismohumano ha hablado con Carlos González Ximénez, fotógrafo que está cubriendo los actos vinculados con la visita del Papa a España, autor del video y una de las dos personas que atendió a Daniel Nuevo tras el ataque del policía que golpea en la cara a la joven y que inmediatamente se da cuenta por el flash de que su agresión ha sido fotografiada. Sus compañeros secundan sus actos.

El día después, por Daniel Nuevo (@duendecolorao)

Vuelvo a casa de los Juzgados de Plaza de Castilla. Ayer cuando conseguí dormir a las 5 de la mañana había dejado escrito el post “Solo por informar” y no tenía ni idea de la repercusión que iba a tener. La “culpa” la tiene Carlos, el hombre que viendo como nos acorralaban y pegaban tuvo el coraje de seguir grabando a sabiendas que si lo veían sería el siguiente. Olvidó por unos momentos sus problemas de espalda y decidió que estaba viendo algo que no podía quedar impune. Que no podía quedarse ahí. Que tenía que compartirlo.



Foto: Daniel Nuevo (Fotografía de ayer 18 de agosto previa a la carga en la Calle Carretas y Atocha)

Viendo el Telediario de TVE de esta noche he dudado de si éramos nosotros a los que agredieron. La historia que han contado no se parecía a la que vivimos. Con una narración plagada de “presuntos” y “supuestos” han resumido los hechos. Lo grave es que a la vez estaban mostrando el video colgado por Carlos, editado y omitiendo algunas partes. Han contactado con la Policía, indicaban que en caso de que existieran indicios de algún hecho irregular investigarían los videos. En segundo lugar han informado que no se había presentado ninguna denuncia. Y sigo asombrado. Asombrado porque a pesar de que he estado en contacto durante todo el día con RTVE.es en el Telediario de TVE no han usado esa información, solo la proporcionada por las FCSE. Asombrado porque una televisión pública manipule sin ningún tipo de pudor, mostrando un video y contando otro.

En cuanto a la negativa por parte de la policía sobre alguna denuncia… Qué queréis que os diga pero no me sentía con las fuerzas necesarias para presentarme en una comisaría y denunciar los hechos. Sé que elementos como los que nos agredieron anoche no abundan en las FCSE. Afortunadamente se trata de individuos aislados pero que manchan la labor de un grupo de personas que en la mayoría de ocasiones solo cumplen órdenes. Pero ayer no fue así, era una cacería dirigida por la persona al mando del grupo de policías. De hecho, uno de ellos me dijo que me fuera corriendo en cuanto su jefe se alejó unos metros. No creo que cumpliera órdenes porque justo después recibí el porrazo en la nuca.

Como digo no quería interponer la denuncia en una comisaría y por eso he ido a los juzgados de Plaza Castilla. El momento que he vivido allí con los funcionarios ha sido indescriptible. Me han hablado de la cantidad de personas que acuden diariamente a denunciar agresiones parecidas. De los dispositivos policiales desplegados por la mañana a la hora de liberar a los detenidos la noche anterior. Me lo contaban y me daba la impresión que lo único que hacían era relatar su día a día o en lo que se había convertido.

Y ahora os hablo a vosotros. Familia, amigos, conocidos, desconocidos…que durante el día de hoy habéis inundado mi correo, facebook, twitter con mensajes. Os habéis preocupado por mí, habéis intentado animarme, apoyarme… ¿Y sabéis qué? Lo habéis conseguido. Me habéis dado muchas más fuerzas y energías que la paliza de ayer. Durante toda mi vida recordaré el día de hoy por las muestras de cariño desinteresadas, los mails que sin conocerme de nada me ofrecían su apoyo, por los mensajes de compañeros fotógrafos especialmente indignados. Si anoche una paliza me dió alas, hoy, vosotros, los que de verdad me importáis, me habéis enseñado a volar.

PD: Y no. Pensé comentar las declaraciones de José Blanco negando las desmedidas actuaciones policiales pero me parece inútil. No me gusta hablarle a las paredes.
Crónica de la Concentración y cargas policiales del #18A, por Stéphane M. Grueso
Fotografías sobre las cargas del #18A en la calle Carretas, de Gabriel Pecot.
El Sindicato Unificado de Policía pide responsabilidades individuales y de mandos policiales y políticos por ciertas actuaciones policiales del #17A y #18A.

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